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Jon Lee Anderson: “El Islam no es una religión de paz”

El célebre periodista y corresponsal de guerra afirma que hoy vivimos un choque de civilizaciones. Aquí sus argumentos en su paso por el Hay Festival de Arequipa.

Publicado: 2015-12-07
“Me da rabia tener que volver a una zona de guerra y escribir sobre la violencia, pero no puedo evitarlo, no puedo ser ajeno a lo que hoy pasa en Medio Oriente”, nos dice Jon Lee Anderson, uno de los más importantes corresponsales de guerra. El autor de una de las biografías más completas sobre el 'Ché' Guevara y quien se formó como periodista en el Perú, está en Arequipa, donde es uno de los principales invitados del Hay Festival, uno de los eventos literarios de más renombre en el mundo, y que hoy celebra su primera edición en nuestro país. Sobre la situación de violencia en Medio Oriente y en el mundo versa esta entrevista.

¿Cuál debe ser el compromiso del periodista?
Soy un periodista comprometido con la realidad, no soy un periodista militante, por más que sea más de izquierda que de derecha. Yo busco entender la realidad y plasmarla, por eso, a veces adopto posiciones que no son propias de ningún bando: soy un periodista antidogma.
¿Movimientos como Al Qaeda lo indignan tanto como el fascismo?
Al Qaeda es el fascismo. El Islam extremo es una especie de fascismo milenarista, refrito y con orígenes en el siglo VIII. Al Qaeda es una secta religiosa que quiere imponerse ante todos los demás, y si eso implica el exterminio de todos, lo hará. Cristianos, budistas, krishnas, kurdos… todos son ‘asesinables’.
Lo mismo podemos decir de Isis (El Estado Islámico), entonces…
Por supuesto. Al hablar de Al Qaeda, de Isis y demás hablo del Islam extremista. Quizás, Al Qaeda es más ‘juicioso’ en su crueldad que Isis, pero no es más moderado, es solo menos sádico. Derribar un par de torres llenas de civiles en Nueva York no fue un acto de bondad.
¿Es cínico decir que la intervención de EE.UU. en Irak rompió el equilibrio estratégico y que, debido a ello, hoy vivimos esta situación de violencia?
Hay algo de razón en esa expresión, pero esta guerra ha estado en ciernes desde hace unos 35 años, cuando los soviéticos aún estaban en Afganistán. Una situación así se veía venir desde la eclosión de la URSS, la irrupción de los islamistas al poder en Irán con Jomeini y su intención de expandir de manera evangelista el Islam político. Curiosamente, esta rama chiita resultó menos feroz que la estirpe sunita del Islam, de donde provienen, por ejemplo, los suicidas que hoy se inmolan como bombas humanas. Al Qaeda, por ejemplo, proviene el wahabismo (corriente religiosa musulmana sunita y radical, que es mayoritaria en Arabia Saudita). En 1979, Occidente se alió con los sunitas de Arabia Saudita, Pakistán e Iraq en contra de la ‘amenaza’ chiita representada por Irán, lo que significó un error político profundo: aislar a Irán permitió que se soltasen los diablos del extremismo sunita. Hay que decirlo muy claro: Arabia Saudita es un Isis convertido en república, en monarquía: solo hace falta ver su comportamiento cotidiano para comprobarlo.
Occidente es socio de ese país…
Así es, pero eso no quiere decir que Occidente sea el culpable de lo que pasa hoy allí: la causa es el Islam. En todo momento, los violentos pueden recurrir a un libro, el Corán, que los avala: nociones como la “yihad” (guerra santa) están dentro del Corán. Por eso, hay que guerrear contra los extremistas y obligar al mundo musulmán a dejar la violencia. Punto. El Islam de be reformarse, separar la mezquita del Estado, al igual que Occidente lo hizo hace 500 años.
¿Ese proceso es posible?
El nazismo se basó en prejuicios antisemitas, en una supuesta superioridad racial blanca y demás elementos condenables, pero todas estas ideas se incubaron décadas antes de la aparición de Hitler, y no solo en Alemania, sino en Europa, Japón, Estados Unidos y hasta en América Latina. ¿Qué hubo que hacer contra esta perversión? Arrasarla en una guerra. ¿Y qué tuvieron que hacer los nazis? Dejar su ideología. Otro ejemplo: el día que el emperador Hirohito habló en la radio, se rindió y dijo que su origen no era divino, el sintoísmo se convirtió en una religión insignificante y los japoneses dejaron de ser militaristas.
Entonces, la solución a los conflictos que enfrenta el mundo hoy es militar…
Contra Isis, sí. ¿Acaso crees que se puede dialogar con Baghdadi (líder de Isis)? Ni siquiera vale la pena intentarlo, aquí mismo nos degollaría. Y este proceso no solo lo debe llevar a cabo Occidente, en él también deben participar los países musulmanes moderados –Jordania, Omán, los Emiratos Árabes y parte de los estados musulmanes actuales- que entienden que su Frankenstein (Isis) se tiene que acabar. Además, a Putin hay que tenerlo como aliado. Arabia Saudita y Pakistán son un peligro: Pakistán está dividido entre terroristas enquistados dentro del Estado y funcionarios moderados que cooperan con Occidente. Lo mismo ocurre con Arabia Saudita, Turquía y Qatar, tres países que resultan bastante problemáticos.
Usan una escopeta de dos cañones…
Turquía es bien peligrosa. Dime, ¿a través de qué territorio ingresaron los yihadistas europeos a Siria? A través de Turquía y con ayuda del gobierno de ese país. Turquía tiene una forma traicionera de actuar con sus aliados occidentales, y esto tiene que ver con nociones de grandeza, de humillación histórica y el convencimiento de Erdoğan –el presidente de Turquía, un “vivazo criollo” – de ser el “mero-mero”, de ser el predestinado para, después de este follón, volver a erigir el Imperio Otomano… pero con un tinte musulmán. Erdoğan no solo propició a Isis, sino que propició el flujo de los terroristas desde y hacia Europa.
Después de esta guerra, ¿el Medio Oriente conservará sus fronteras actuales?
No, en el tema de las naciones-estado no hay nada sacrosanto: Yugoslavia está dividida hoy en siete países, entonces, ¿por qué los países del mundo árabe, países que fueron configurados por Europa hace un siglo, tendrían que quedarse como hoy? Iraq no es un país: ha sido una hemorragia, un chupo en la pierna del mundo desde que se formó. La de Iraq es una historia de sangre, por eso, hay que acabar con ese país. En la zona se debe crear un Kurdistán, un ‘Chiistán’ leal que, en un principio, podría ser gobernado desde Irán hasta que en dos o tres generaciones logren un poder propio. Los sunitas no merecen un país, pues durante cuatro siglos gobernaron, con los otomanos, Mesopotamia y, desde entonces, qué han hecho, solo generar terror. Le daré un dato: Sadam Husein, quien era sunita, mató a más de un millón de personas, casi todas chiitas, que son la mayoría en Iraq. ¿Por qué una minoría chauvinista y extremista como los sunitas debería gobernar un país? Ellos no tienen ningún derecho, lo han perdido. A los sunitas no hay que darles poder, hay que darles una especie de provincia donde estén a sus anchas pero que no jodan a nadie. En el caso de Arabia Saudita, debería ser despedazada y entregada a otros, porque allí gobierna una familia radical que le chupa la sangre a su pueblo y ha exportado terror al mundo. El wahabismo (corriente del Islam que sigue la familia que gobierna Arabia Saudita) es un credo tóxico y tan nefasto como el nazismo. Pakistán es otro país ficticio que hace 40 años exporta terror. Llaman a su política “profundidad estratégica”. ¿Y qué es eso? Terrorismo de estado. Ellos crearon y apoyan a los talibanes, apoyan y cobijan a Al Qaeda y envían a sus terroristas por el mundo. Hay un vínculo evidente entre Arabia Saudita, Pakistán y el terror.
Entonces, la nueva composición del Medio Oriente deberá obedecer a cuestiones étnicas…
Primero hay que acabar con Isis, luego vendrá este proceso. La paz solo será posible después de la guerra. No sé cuánto durará este conflicto, pero será cruento. Estamos en guerra, y pronto veremos a tropas internacionales peleando en Medio Oriente, porque la guerra es la única forma de acabar con Isis. Isis es potente hoy porque hemos dejado que gane territorio en Iraq y Siria y Libia, pues bueno, hay que privarlo de él. Este proceso será cruento, morirán muchos civiles, pero no hay otra opción.
¿Cómo debería reaccionar América Latina ante lo que hoy pasa en Medio Oriente y el resto del mundo?
América Latina ha tenido la fortuna de estar fuera de la órbita de las grandes contiendas bélicas del último siglo, no ha sufrido las consecuencias de las dos primeras Guerras Mundiales, pero si se viene una Tercera estoy seguro que esta llegará hasta acá, pues estos extremistas buscan ofrendar víctimas donde sea. París, Lima, Bogotá son ciudades cristianas, es decir, para el Isis son espacios donde matar infieles. Esto es una guerra, ellos quieren propagar el terror, entonces, ¿por qué el Isis se va a limitar solo a Europa? En los recientes atentados en París murieron personas de 40 diferentes nacionalidades, dentro de varios latinoamericanos, entonces, ¿por qué circunscribir el terror a un solo lugar? Isis quiere crear una histeria internacional.
¿Existe el islamismo moderado?
Es cada día más difícil. El Corán es considerado la palabra literal de Dios, donde no es posible la interpretación del hombre, por eso enloquecen cuando aparece una caricatura de Mahoma. Hoy es evidente que hay un problema entre el Islam y los demás. Yo no soy ajeno a la noción de “choque de las civilizaciones” expuesta por Samuel Huntington, y que fue vilipendiada, desdeñada hace algunos años. Yo creo que, en efecto, hoy hay un choque de civilizaciones. ¿De dónde proviene el Islam? De la parte del mundo menos democrática, más cerrada, menos abierta a otras ideas contemporáneas. En el mundo musulmán nociones como la esclavitud, la mujer como propiedad y otras aberraciones aún están muy arraigadas. Es verdad que no hay que perseguir a todos los musulmanes, pues muchos lo son por una cuestión cultural, pero es innegable que ante alguna crispación hay muchos propensos o vulnerables al mensaje yihadista. El Islam no es una religión de paz, y todos lo sabemos. Ha llegado el momento de enfrentar al elefante que está en la sala, la situación será desagradable, aparecerán violentos y radicales también del lado nuestro, pero hay que hacerlo.
¿Hoy, cuál es el papel de instituciones como la Unión Europea o las Naciones Unidas?
Ya no funcionan. La UE es un chiste. La ONU no funciona hace varios años, no impide ninguna guerra. ¿Qué hizo la OTAN en Afganistán? Solo darle más gasolina a los radicales. Yo no digo que no deberían existir, digo que no funcionan. Debemos encontrar la manera de reformularlas para que, otra vez, sean capaces de salvaguardar la paz. Hoy ya no dan más.

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